Se verá en Cine.Ar. Martínez Suárez decía que para encarar una película hay que tener un axioma y en 'Señales de humo' el mío es 'hasta qué punto la tecnología ha arruinado nuestros rituales'" señala el director sobre esta obra.
“Señales de humo” es el estreno nacional de esta semana en el marco del programa especial por la Emergencia Sanitaria del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
La película documental del director tucumano Luis Fernando Sampieri se podrá ver a las 20, en el canal Cine.Ar, con una repetición a la misma hora el sábado. Desde el viernes, podrá verse de forma gratuita en la plataforma de streaming Cine.Ar Play.
Además volverá a proyectarse el documental Bernarda es la patria del realizador Diego Chipani -con guión escrito junto a la directora Albertina Carri- que se estrenó la semana pasada.
En Cine.Ar Play, además esta semana llegan como novedades varias películas, algunas estrenadas en el el canal de cable.
Se trata de “Si el sueño fuera para quererte dormiría eternamente” de Celeste Contratti e Ingrid Valencic; “Mujeres con pelotas” de Gabriel Balanovsky y Ginger Gentile; “Reinas del bosque” (corto) dirigida por Mariano Oliveros; “Vaca profana” (corto) de Yamil Chadad; “Arreo” dirigida por Tato Moreno; “Rehén de iusiones” y “No mires para abajo” de Eliseo Subiela; “Lavaperros” de Carlos Moreno; “Matar a Pinochet” de Juan Ignacio Sabatini; y “Azul el mar” de Sabrina Moreno.
Un “western criollo”
“Señales de humo” es definida por Sampieri tanto como “un documental intervenido” como “un western criollo que funciona a modo de crítica a una sociedad tremendamente dependiente de lo tecnológico”.
“Me parece que la película se pregunta qué es lo que el ser humano puede generar en su entorno y lo que vemos es que va peor por ese desarrollo frenético de lo tecnológico”, sostiene Sampieri durante una entrevista telefónica con Télam.
Afincado a dos kilómetros de Cafayate (Salta), el realizador con casi medio siglo de vida es un trotamundos que ha vivido en su Tucumán natal, unos siete años en Buenos Aires, otros 12 en Madrid y un tiempo en la localidad catamarqueña de El Cerrito, pero en todo ese andar no deja de reconocerse como discípulo de José Martínez Suárez.
“Martínez Suárez decía que para encarar una película hay que tener un axioma y en ‘Señales de humo’ el mío es ‘hasta qué punto la tecnología ha arruinado nuestros rituales’. Creemos que es algo superlativo y para nada lo es”, fundamenta el autor que anteriormente estrenó “Cabecita rubia” (2001), “FIN” (2010) y “La hija” (2015).
“Señales de humo” se ubica en una pequeña comunidad del norte argentino donde los servicios de telefonía e internet se cortan por los fuertes vientos que azotan la región y muestra como Mario Reyes, arriero y guardaparques de la comunidad, tendrá que subir a las altas cumbres junto a un ingeniero de la empresa de internet para intentar reparar el desperfecto.
– ¿Desde esa tónica el filme propone su propia lectura acerca de esa tensión entre lo arcaico y lo moderno, entre civilización y barbarie?
– Lo veo como un western criollo con esos dos conocidos que van transportando hasta la cima de un cerro ese elemento de la modernidad sobre el lomo de un caballo. Siempre me interesó ese contraste y lo muestro desde el caballo, cuando Mario cuenta los cardones y demuestra que no todo es el “hashtag” y los “trending topic”. Las sociedades le han dado la espalda a la naturaleza y por eso el baqueano tiene que decirle al que fue a la universidad cuáles son los tempos de la naturaleza.
– ¿De qué modo resuena lo personal en el relato?
– Para mí “Señales de humo” implica la posibilidad de volver a contactar con lugares de mi infancia y evocar mi primer acercamiento con lo visual. Volver a esos lugares desde un documental cuasi ficcionado donde el paso del tiempo es algo tremendo y permite enfrentar dos realidades totalmente distintas.
– ¿Qué implica estrenar en el marco de esta pandemia y sin llegar a las pantallas de cine?
– Las películas están pensadas para cine pero uno no dimensiona la cantidad de gente que puede verla por televisión e internet. El cine es incomparable, no se lo puede sustituir con nada y está perdiendo espacios por esa palabra lapidaria que es lo rentable. Pero en este contexto tan desfavorable se agradece que se pueda tener una difusión aunque queda un sabor agridulce por no poder ver la película donde corresponde.
– A pesar del contexto estás trabajando en otro largometraje…
– Sí. Estamos trabajando en “Piel”, una película de ficción que se va a filmar en Córdoba sobre una mujer soltera que quiere tener un hijo y lo hace con una persona de un país limítrofe. En este caso la historia tiene que ver con cómo nos relacionamos con personas desconocidas para un hecho fundacional como es tener un hijo sin casi conocernos.
– ¿Una apuesta federal?
– Claro. Es un proyecto que sin el apoyo de Córdoba no se podría hacer, ya que tiene un polo audiovisual muy potente. Los polos audiovisuales dinamizan apartados económicos y tengo el caso concreto de “Señales de humo”, que aún siendo una película de pequeña escala movió a mucha gente, hizo que se contrataran a 70 personas directa o indirectamente.